Basta ya de desaprovechar el talento

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Hablar del talento se ha puesto de moda y es muy frecuente encontrarse con personas que hablan y escriben sobre él. Sin embargo, escuchándolas y leyéndolas, parece que muchas no tienen claro de qué están hablando.

Ideas erróneas

Hay quienes creen que sólo disponen de talento las personas con altas capacidades intelectuales. Si esto fuera así, según la OMS, sólo el 2,3% de la población mundial dispondría de él, lo cual no le daría mucha oportunidad de manifestarse.

Otros confunden genio con talento (capacidad de crear nuevas formas de actividad no emprendidas antes por otros o que actividades ya conocidas se desarrollen de un modo enteramente propio y personal; frente a practicar formas de actividad, general o frecuentemente practicadas por otros, mejor que la mayoría de los que cultivan esas mismas aptitudes), por lo que están convencidos de que ellos no disponen de ninguno.

También se confunde talento con formación, cuando ésta sólo es un elemento para dar cobertura a las habilidades prácticas que son las que nos hacen capaces de desplegar el talento y resolver con éxito los problemas.

Incluso, siguiendo la tendencia, no es raro encontrar en muchas empresas, centros educativos o asociaciones un departamento dedicado a ello. Probablemente existirán casos que realmente tienen claro cuál es su función y cómo actuar pero, la gran mayoría no demuestran ningún talento en la captación, desarrollo y potenciación del que ya disponen.

Aclaremos el concepto

En general, el talento es una combinación de capacidades y consta de diversos componentes:

  1. La energía y potencia mental, que con frecuencia dependen de la formación y el aprendizaje. Hay que diferenciar entre procesos mentales rápidos (para saber decidir y trabajar con agilidad) y procesos de precisión y calidad (necesarios para generar competitividad).
  2. El esfuerzo, la tenacidad y la constancia. Muchas personas talentosas no llegaron a ser brillantes por no ser tenaces y perseverantes. Mientras que personas más normales intelectualmente lograron éxitos consolidados al perseguirlos con esfuerzo y tenacidad.
  3. La motivación o interés por una actividad o tarea, tanto intrínseca (propia) como extrínseca (procedente del entorno), que se complementan.
  4. Finalmente, la sintonía con la cultura, la situación y los valores del entorno.

Según Einstein todos los bebés son genios y, sin profundizar en la validez o no de esta famosa frase, está claro que todos los humanos venimos al mundo con un cúmulo de capacidades o aptitudes. Estas se desarrollan, o no, a lo largo de la vida, principalmente a través de la educación, adquirida por múltiples vías, no sólo en la escuela. A partir de ellas se desarrollan y consolidan nuestro modo de pensar y nuestras competencias y se adquieren conocimientos que nos hacen muy hábiles para unas cosas y menos o nada para otras.

Tener talento significa tanto aportar ideas, desarrollar nuevos conocimientos, proponer soluciones innovadoras, abrir nuevos mercados, generar necesidades…, como también mostrar inteligencia emocional, liderar personas y equipos, lograr compromisos, anticipar y resolver conflictos…

Es muy importante disponer de esta diversidad de talentos y saber manejarla ya que cada situación económica o social requiere de talentos específicos. Sobre todo en momentos como los actuales, donde los conocimientos técnicos y las habilidades operativas cambian con gran rapidez. En momentos de crisis económica se necesita talento financiero, creativo, innovador o comercial. En situaciones de crecimiento se necesita todo tipo de talento técnico, tecnológico o estratégico…

Hay muchas evidencias que hacen pensar, tal y como dice José Antonio Marina, que “la mayor riqueza de un país no son sus materias primas, su territorio y su capital, sino el talento de sus ciudadanos”. Aquellos (países, organizaciones, modelos educativos…) que son capaces de atraerlo, potenciarlo y movilizarlo se convierten en referentes de crecimiento y competitividad y en los modelos a seguir. El futuro girará en torno a las personas con talento y a sus necesidades y no al contrario, como sucede ahora. Bill Gates ya lo dejaba muy claro cuando decía que “si 20 personas concretas dejaran Microsoft, la empresa quebraría”.

En una economía cada vez más basada en la innovación, es crítico saber más acerca de cómo creamos, mantenemos y perdemos el talento para poder ser más eficientes y no conformarnos con mantener lo que hasta ahora sabíamos y hacíamos.

Causas del desaprovechamiento

Desaprovechar el talento es uno de los mayores problemas de la economía española. Y no se solucionará hasta que no se realice un serio esfuerzo de cambio. Necesitamos líderes solventes comprometidos con generar cambios profundos y que sean capaces de movilizar a la sociedad y de poner en marcha soluciones a los siguientes problemas.

1. Un modelo educativo en absoluto adaptado a las necesidades reales del mercado de trabajo que, además, está mucho más basado en el aprendizaje de conocimientos, muchas veces poco útiles, que en el desarrollo de las aptitudes y actitudes de los alumnos. Y esta lamentable situación eclosiona en la falta de encaje de nuestros numerosos diplomados y licenciados, excesivamente especializados, con el escaso trabajo disponible, debido a que la formación dispensada no es la demandada, sobre todo por las pymes.

Hoy disponemos de las generaciones mejor formadas de toda la historia e, incomprensiblemente, no encuentran aquí el trabajo para el que se han formado, siendo su única salida buscarlo en otros lugares. Esto hace que se benefician del talento de nuestra juventud aquellos países que disponen de los trabajos adecuados pero que, por el contrario, no han invertido ni un euro en su formación. Esto nos lleva a unas pérdidas de los recursos invertidos en educación que se estiman en 120.000€ por joven formado. Algo que difícilmente nos podemos permitir.

2. Como consecuencia de lo anterior, perdemos talento cuando no desarrollamos y practicamos la curiosidad y el aprendizaje continuo hacia todo lo que nos rodea. Los tiempos actuales no sostienen posturas en las que quepa la complacencia con nosotros mismos y con nuestra preparación para adaptarnos a las nuevas y constantes exigencias, sobre todo tecnológicas. La formación permanente y la empleabilidad deben convertirse en actitudes y competencias esenciales para garantizar la eficiencia y la competitividad.

3. El liderazgo incompetente es, quizás, la causa más abundante de la pérdida de talento. El líder incompetente extiende su mala gestión más allá de su ineficacia personal. Constituye una barrera al desempeño y desarrollo profesional de sus subordinados con talento y genera desmotivación e incompetencia en cada una de las áreas bajo su mando. Derrocha el talento ya que no se aplica lo que se sabe, y tampoco se genera interés por innovar y aprender para resolver cada día mejor. Además, este fenómeno es tremendamente contagioso, llegando a impregnar a toda la organización.

Fruto de lo anterior, aunque la mayoría de las organizaciones comentan que el mayor activo de sus empresas son las personas, la realidad diaria difiere mucho de esta afirmación. Una cosa es lo que se refleja en las comunicaciones corporativas o por parte de los responsables de recursos humanos y otra, muy diferente, la realidad del día a día en las empresas. Para cambiar esta situación se necesita un cambio cultural en todos los niveles de la organización, y esto, suponiendo que se empiece ya, tardará unos años en convertirse en realidad.

4. La pérdida de talento femenino es otro de los problemas a considerar. Hoy, las mujeres tienen menos fracaso escolar, son mayoría en la universidad y poseen la mayoría de titulaciones superiores. Mayoritariamente tienen los mejores expedientes académicos y representan más del 60% de los ganadores de oposiciones. Trabajan en todos los oficios y ocupaciones y han participado en la gran transformación que ha experimentado la sociedad occidental. Sin embargo, la falta de una conciencia clara de cómo hay que conciliar la vida personal y profesional (algo que sí han sabido solucionar en los países nórdicos) y la todavía persistencia de estereotipos y prejuicios de género, provoca que un gran número de mujeres nunca lleguen a ocupar puestos directivos y que otras abandonen sus puestos de trabajo. Estas mujeres, mejor formadas que nunca, que ya han proporcionado un rendimiento a sus empresas y que poseen una experiencia importante, a partir de los 35 años, empiezan a desaparecer de los organigramas como víctimas de una epidemia.

Además, a las mujeres que abandonan y quieren volver al mercado laboral al cabo de unos años, una vez encauzada su situación familiar, les es muy difícil y, si lo consiguen, suele ser en puestos menos cualificados o bien como autónomas. Esto supone una pérdida de liderazgo, valoración y de autoestima, que también constituye una pérdida grande para las  organizaciones y para la sociedad.

5. La pérdida de talento de personas mayores de 50 años. Unos dos millones de personas con más de 45 años se han quedado compuestas y sin trabajo. Y entre ellas, multitud de canas con talento, muchos casos de éxito en sus trayectorias, y todavía mucho que decir. Unos 27.000 eran directivos. Son personas preparadas, ilusionadas y con ganas de sumar. Su pérdida es un lujo que no nos podemos permitir.

6. En cuanto a la retención del talento en las organizaciones, según un estudio de APD y Hay Group, los principales motivos de atracción del talento son: el desarrollo profesional (20%), trabajar en una empresa líder (14%) y realizar una actividad innovadora (13%). Y, claro, surge la pregunta, ¿nuestras empresas están, de verdad, centradas en la innovación y el desarrollo, tanto de su actividad como de sus trabajadores, que las permita ocupar posiciones de liderazgo en sus respectivos sectores?

La solución al desaprovechamiento del talento no es una cuestión banal, pero mientras no ponemos en práctica soluciones a los problemas planteados, no sólo perdemos talento, liderazgo, oportunidades, dinero… sino que, y probablemente es lo peor, dinamitamos nuestro futuro. Por tanto, cerremos el sumidero del talento y hagamos, individual y colectivamente, todo lo que esté en nuestras manos para convertir los problemas en soluciones y aplicarlas para generar valor y riqueza para todos.

a.

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Medio en serio, medio en broma por Ángel Álvarez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.

Publicado el 21 enero, 2013 en Aprendizaje, Economía, Educación, Gestión, Innovación, Liderazgo y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 10 comentarios.

  1. «Me llama muchísimo la atención el tema de las «canas con talento desaprovechadas»; lo veo desde que empecé a trabajar y sigo viéndolo. Me dijeron que era para mantener la estructura piramidal, pero yo no lo veo claro, ya que me están diciendo: «como tarde, a los 50 te vas de esta empresa, porque somos una empresa jóven y dinámica». Menuda gracia…

    Lo de las mujeres creo que va pasando menos, o eso es lo que voy viendo con el paso del tiempo. Pero, hace apenas un mes, acabo de ver un caso de esos y me entra repelús.

    No voy a comentar todo el artículo, perdón 🙂

    Muy bueno!! Un saludo!»

    • Ángel Álvarez

      Gracias Mario por tus comentarios que, procedentes de tu experiencia, confirmam lo apuntado en el artículo.

      Por desgracia todavía hay muy poca conciencia sobre este «derroche» y queda mucho por hacer para mejorar. Una buena forma de empezar es concienciarnos de que cada uno debemos poner nuestro granito de arena y empezar a actuar.

      Un cordial saludo

  2. Fernando Bernabé

    Me ha encantado la frase final del video: despréndete de todo lo que no te permita avanzar. Genial!

    • Ángel Álvarez

      Gracias Fernando por compartir tu opinión.

      Me alegro mucho de que la última frase del video te haya gustado. Me pareció que el video era muy apropiado para el tema del blog y tu comentario me reafirma en ello.

      Saludos

  3. Ana Marquina

    El video del jabón me parece emocionante y de mucho aprendizaje. Sobre lo que dices estoy totalmente de acuerdo contigo, el problema además de todo esto es que este pais se convertirá, sin querer faltar el respeto a nadie, en «un pais de viejos». Yo admiro a los jovenes que viendo este panorama no tiran la toalla y siguen dia a dia estudiando, sabiendo muchos de ellos que tendrán que marcharse fuera. Las circunstancias de la vida hacen que tengamos que adaptarnos a sus necesidades, pero no es justo que por la mala organización o gestión de, me da igual quién o qué entidad o partido político, seamos paganos los ciudaddanos que luchamos por querer potenciar nuestros conocimientos y desarrollo. Esto es injustísimo, de ahí que haya fuga de cerebros en este bendito pais, en el que la gente ya ni se queja, muchos de ellos muy preparados y con carreras profesionales de éxito a sus espaldas, lo que parece ser no sirve para nada en este momento. Todos tenemos talento, quiza el problema sea que no se nos deja desarrollarlo. También es cierto que a las mujeres se nos pone dificil la cosa, más que a los hombres y mira que éstos lo tienen dificil ya de por sí ahora mismo. La mujer es más tenaz en general, aunque no quiero tampoco hacer apología de un feminismo barato y absurdo porque, además, no creo en él, pero en este momento hay en la calle en sus casas, un montón de gente esperando una oportunidad con un rango de edad elevadisimo y con unas carreras, talento, inteligencia, perseverancia y ganas tremendas. Ya se puede hablar del talento como hablas tú, del liderazgo o de la educación que si hay puestas unas barreras, será imposible poder desarrollarlos, por lo menos aqui.
    Un post fantástico Angel, muy muy interesante, Muchas gracias

    • Ángel Álvarez

      Gracias Ana por darnos tu opinión desde el corazón.

      Tienes mucha razón en lo que dices y, no lo voy a negar, muchas veces caigo en la tentación de pensar que esta situación (incluso este país) no tiene solución. Pero luego pienso que, puesto que históricamente las cosas nunca han sido diferentes, quizás es que debamos darnos cuenta, sin victimismos ni rendiciones, de que tenemos que seguir aprovechando lo que hay y tratar de mejorarlo, más que añorar lo que otros (con otras mentalidades y tradiciones culturales) hacen.

      No es resignación. Simplemente es evidencia. Pero, quién sabe, a lo mejor, si nos empeñamos en ello (aquí está la pregunta, ¿lo vamos a hacer?) el futuro traiga otras ideas, otras actitudes y todo sea diferente. Ya veremos. O, si la cosa se retrasa, ya verán.

  4. Carlos Zugasti

    Estupendo análisis de un tema manoseado. Muchas gracias otra vez Angel.

    Está entre líneas de lo que pones en varios apartados de tu escrito, pero yo resaltaría que, si me compras la idea de que el talento es sobre todo la capacidad de aportar, no sólo innovación sino excelencia y difusión, el no tener un entorno adecuado lo desaprovecha o lo angosta.

    Como todas las cosas delicadas, sin un ecosistema propicio no hay manera de sacarle punta, y la antigua frase castellana de que «aquí se estrellan los talentos» no hace más que evidenciar cuan común es el problema.

    Sólo unos muy pocos elegidos pueden desarrollar su talento aisladamente, el resto… somos animales sociales. Para lo bueno y para lo malo.

    Me encanta tener noticias tuyas. Un abrazo

    • Ángel Álvarez

      Totalmente de acuerdo contigo Carlos.

      El talento igual que cualquier otra habilidad o conocimiento sólo fructifican cuando el entorno lo permite y alienta. Por supuesto que hay excepciones pero son eso, excepciones. No quiero ni pensar la tremenda cantidad de talento que se ha desperdiciado por contar con entornos poco adecuados u hostiles. En este país sabemos mucho de ello. Sólo tenemos que ver lo que se hizo con los judios, moriscos, liberales, protestantes, intelectuales… y se sigue haciendo con el número enorme de talentos que han tenido y están teniendo que emigrar. Por desgracia tenemos más tradición de destrucción que de fomento del talento.

      Espero tenerte ahí durante mucho tiempo. Un abrazo

  5. De acuerdo enteramente contigo. Pero, y no sé si voy a explicarme bien, donde incluyes los recursos personales e intelectuales que se van adquiriendo con la experiencia o con la edad. La forma de afrontar una enfermedad crónica, una situacion familiar difícil o económica preocupante no sólo depende de factores externos y de esa aptitud que te da la educación y los estudios; también depende de tu actitud frente a éstos problemas. Y no me refiero sólo al comportamiento de actuar, en el que la biología y lo hereditario presenta un gran papel, sino a ése que se adquiere con las experiencias, con lo vivido y aprendido a lo largo de los años. Esa actitud mental, ese reflejo que te da «cintura» para capear ciertas trabas en la vida, no es talento también?

    • Ángel Álvarez

      Vaya pregunta que me planteas Gloria.

      La forma de enfrentarse a las vicisitudes de la vida, sobre todo si son tan difíciles como las que planteas, es una clara muestra de talento. Por eso hay personas que son capaces de abordarlas y otras que no.

      Son las situaciones que la vida nos obliga a encarar las que hacen que, si existe talento para afrontarlas, éste se manifieste y se desarrolle.
      Evidentemente, la suma de todas esas actuaciones va conformando nuestra experiencia y nos permite estar más “entrenados” para lo que nos venga.

      Besos

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