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Aplica inteligencia artificial en el día a día de tu organización

En la era digital en la que vivimos, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un componente esencial para el éxito de las organizaciones en todo el mundo. Ya no es una tecnología futurista reservada sólo para expertos y grandes corporaciones.
Al contrario, convertida en una herramienta accesible y poderosa, la IA, que tiene el potencial de transformar casi todos los ámbitos de actividad, ha llegado al día a día de organizaciones de todos los tipos, tamaños y sectores y se ha integrado en diversas áreas de su actividad para aumentar la eficiencia, mejorar la toma de decisiones y brindar ventajas competitivas.
En este artículo, exploraremos algunos ejemplos de cómo aplicar IA en la vida cotidiana de una empresa.
Lee el resto de esta entradaInteligencia artificial: revolución tecnológica con potencial ¿sin límites?

Hasta hace bien poco, cualquiera que mencionase la Inteligencia Artificial en una conversación no especializada podía esperar una de estas dos reacciones sorprendentes: ¿Qué? o “Y ¿bien?”. Ni que decir tiene si se refería a ella por IA (AI en inglés). Entonces, probablemente, se verían caras muy extrañas. Y, aunque muchas personas aún no han oído hablar de ella o no se han percatado de su existencia, pocas tienen más que una idea esquemática sobre lo que entraña, y la mayoría son muy escépticas respecto a su valor humano, no cabe duda que, desde la eclosión de GPT3 (Generative Pretrained Transformer, un modelo predictivo de lenguaje generativo desarrollado por OpenAI, que ha sido entrenado con una gran cantidad de texto en internet para responder a preguntas y generar texto de manera autónoma), es uno de los temas de moda. Sobre todo, por la cantidad de cuestionamientos y desacuerdos que se están produciendo sobre la naturaleza, el control y el uso de esta nueva disciplina, pues no hay una sola definición que juzguen feliz por igual todos los practicantes y usuarios de ella.
¿Qué es la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial (IA) es el campo de la informática que se ocupa del desarrollo de algoritmos y sistemas capaces de realizar tareas que imitan la inteligencia humana, como el aprendizaje, la percepción, el razonamiento y la toma de decisiones, que mejoran conforme la información que recopilan es cada vez mayor y de mejor calidad.
La IA funciona combinando grandes cantidades de datos con procesamiento rápido e iterativo y algoritmos inteligentes, permitiendo al software aprender automáticamente de patrones o características en los datos. Permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con fines específicos.
Ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años y se ha utilizado para mejorar, entre otras cuestiones: la eficiencia y la precisión en diversas tareas, como el diagnóstico médico, la identificación de fraudes, la atención al cliente y la optimización de procesos industriales.
Como desarrollar una mentalidad de innovación

Foto de Skye Studios en Unsplash
La innovación es el proceso de convertir ideas en «algo» (solución, producto o proceso) que genere valor para el mundo y la sociedad de forma sostenible.
¿Por qué innovar?
En los últimos años nadie parece poner en duda que hay que innovar ni que la capacidad de innovar se ha convertido en uno de los grandes activos de las compañías líderes de hoy. Eso es lo que dice la teoría. Otra cosa es lo que muestra la práctica, donde solo algunas la han convertido en su estrategia fundamental para ocupar posiciones relevantes en un mundo tremendamente rápido y cambiante, donde no se puede dar casi nada por sentado y quedarse quieto, donde seguir haciendo lo mismo, suele significar, debido a la gran presión del entorno, estar fuera y, antes o después, desaparecer.
En este contexto, la importancia estratégica de la innovación ha ido creciendo significativamente a través de los años y se ha convertido en un factor imprescindible de competitividad y notoriedad para cualquier organización.
Además, las organizaciones no son las únicas que buscan innovar para ser más competitivas. Crear y fomentar nuevas ideas que cambien la forma de hacer las cosas, es también una inyección positiva para el desarrollo de las personas. Las amantes del progreso no añoran el pasado y tienen visión de futuro porque saben que lo nuevo siempre está por llegar.
Aunque no es para todos, el teletrabajo llegó para quedarse
El teletrabajo no se instaura de un día para otro. Requiere políticas, tecnología y un liderazgo y dirección que no se improvisan.
Las duras circunstancias actuales de pandemia y confinamiento, que nos han obligado a recluirnos varios meses en nuestras casas, le han dado un protagonismo inusitado al teletrabajo[1], convirtiéndolo, en algunos casos por convencimiento y en la mayoría por obligación, en uno de los pocos recursos que han permitido a muchos trabajadores mantener su actividad profesional y la relación laboral con sus empresas y clientes.
De repente parecía que se había descubierto la solución mágica. Pero, tal y como se ha llevado a cabo, en muchos casos simplemente trasladando, sin más, el presentismo laboral (ese vicio tan extendido en el que hay que estar en el puesto de trabajo, horas y horas, aunque no se rinda) a los hogares, controlando a los trabajadores a través de videoconferencias y con llamadas, correos y mensajes a cualquier hora (es decir, haciendo lo de siempre: trabajo presencial pero a distancia), parece que, como casi todo lo que se hace repentina, apresurada e improvisadamente, “este teletrabajo” está muy lejos de lo que debe ser. Convirtiéndose, para muchos de sus sufridores en una resignada desgracia, que, ojalá, desean, se acabe pronto. Tengamos en cuenta que, además, muchos debían cuidar de sus hijos, al no poder asistir al colegio, o de familiares enfermos, que no tenían cabida en los saturados hospitales.
Razones para generar compromiso en los colaboradores
Aunque ya he tratado este tema en artículos anteriores, en El compromiso de los empleados es un compromiso de liderazgo y Cuida a tus empleados o se irán, puede ser conveniente darle otra vuelta y añadir algo nuevo a la reflexión anterior.
El compromiso es el lazo psicológico con el que los trabajadores reflejan su implicación intelectual y emocional con su empresa, y está directamente relacionado con su contribución personal al éxito de la misma. El compromiso es una relación de doble dirección e interés entre la empresa y el trabajador y engloba los siguientes conceptos:
- Satisfacción. Es el grado de conformidad del empleado con respecto a su entorno y al clima y las condiciones de su trabajo: tareas estimulantes, retos constantes, recompensas equitativas, posibilidades reales de promoción, condiciones ambientales, de salud y de seguridad idóneas y una buena relación con jefes y compañeros.
Cuando estamos satisfechos y con estados de ánimo positivos es cuando conseguimos una mayor productividad empresarial porque nuestros cerebros mejoran su rendimiento y somos capaces de trabajar más duro, más rápido y de forma más inteligente, debido a que la dopamina, que inunda el sistema cuando estamos contentos, tiene dos funciones: hacernos más felices y activar el proceso de aprendizaje para poder adaptarnos al mundo de una forma diferente.
- Implicación. Mide la alineación del trabajador con la visión, los valores y la cultura de la organización.
- Orgullo de pertenencia. Se muestra cuando el trabajador refleja satisfacción con la situación y el éxito de la organización.
Suele producirse cuando, al referirnos a nuestra empresa, decimos “mi empresa” y no se da cuando, en las mismas circunstancias, decimos “la empresa”.
- Vinculación. Se da cuando los trabajadores manifiestan en público un alto concepto sobre su empresa, tanto como organización para la que trabajan como hacia su marca, imagen, productos y servicios.
El compromiso de los empleados es un compromiso de liderazgo

Con frecuencia nos complicamos la vida hablando de los mil posibles enfoques para conseguir el compromiso de los empleados… Y nos olvidamos de lo sencillo que sería para las empresas lograrlo abordándolo a través de seis preguntas básicas : quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo.
Y es que, en el momento actual, la participación de los empleados debe ser el objetivo central de toda política empresarial que tenga a las personas como elemento prioritario. Y esto es así por tres buenas razones:
- Los empleados comprometidos son mucho más productivos.
- Muestran un sentido de pertenencia a la organización mucho más desarrollado.
- Su vinculación se proyecta al largo plazo.
Parece que el grado de compromiso es más importante para lograr un buen desempeño que el buen desempeño para mejorar el compromiso.
Por tanto, echemos un vistazo a estas seis preguntas básicas:
Cómo hacer un buen uso del correo electrónico
Hace unos días tuve la oportunidad de impartir un par de talleres de productividad personal, para profesionales del sector de seguros, y una de las cosas en las que más se insistió fue en el mal uso que se hace del correo electrónico y lo que ello supone de sobrecarga de trabajo y aumento del estrés.
Por ello, y aunque ya se han escrito numerosos artículos al respecto, el primer correo electrónico se envió en 1971, creo que no está de más presentar una serie de consejos que faciliten el correcto uso de esta indispensable herramienta de comunicación y trabajo.
8 consejos para iniciar y terminar las reuniones a tiempo
¿Tus reuniones suelen empezar tarde y pasarse de tiempo? Esto no tiene por qué ser así. Las reuniones eficientes son una de las principales herramientas de productividad del trabajo en equipo. Así que ¡ya es hora de tomarse más en serio las reuniones!
Aunque, dependiendo de la naturaleza de la reunión, no todas deben tener una duración estipulada de antemano, en la mayoría de los casos sí hay que fijar la hora de finalización y, tanto si eres el organizador de la reunión o un asistente, debes comprometerte a iniciar y a terminar tus reuniones a tiempo. Pide a los asistentes que sean puntuales para poder terminar a tiempo. No tolerar la tardanza será establecer un estándar de comportamiento para el grupo, y los participantes probablemente cumplirán si las expectativas están bien definidas y ejecutadas en forma consistente.
A continuación se enumeran algunos sencillos consejos para ayudarte a iniciar y terminar las reuniones a tiempo.
Educar a ser emprendedores o, simplemente, mejores personas
Llevamos ya tiempo, seguramente fomentado en gran medida por la larga crisis en la que todavía estamos inmersos, hablando, quizás ya en exceso, sobre el emprendimiento y los emprendedores. Y una de las afirmaciones que más se comentan es que en España la actitud emprendedora no está demasiado extendida.
Pero, curiosamente, cuando hablamos de los niños, incluyéndonos a nosotros mismos, solemos decir que son seres especiales, felices, llenos de ilusiones, motivaciones, creatividad, desparpajo y sinceridad, sin miedo al fracaso ni a los retos… Todas ellas actitudes y habilidades, qué duda cabe, potenciadoras del emprendimiento. Entonces, la pregunta que debemos hacernos es ¿por qué y cuándo hemos perdido todo eso y nos hemos convertido en lo que somos de mayores?
No es momento de entrar en lo que seguramente sería una airada discusión acerca de la naturaleza emprendedora o no del carácter nacional (aunque te animo lector a iniciarla) ni en por qué, o no, se desarrolla. Parece más razonable centrarse en aportar ideas sobre cómo podemos conseguir que esa actitud, tan marcada en la niñez, y que ha contribuido tanto a que la humanidad haya llegado donde ha llegado, se extienda al resto de la vida y se convierta en una alternativa real y posible para un número mayor de personas. Porque, no nos engañemos, no todos podemos ni necesitamos ser emprendedores, ya que también hacen falta otras actitudes para que la actividad del emprendimiento tenga éxito.




